Ahora trataremos algunos cambios que son necesarios para que apostar por el Social Branding, por parte de una empresa, sea un éxito. 1. Una marca no es algo que sea rígido, que se mantenga estático y que cumpla con los deseos que tengamos. Una marca es algo vivo, que está cambiando, de manera constante y puede condicionar a las personas y el entorno con el que interactua, en cada momento del día. 2. Una marca no se encuentra en los despachos de los delegados, ni de los directivos, está “ahí fuera”, dentro de la mente de los consumidores de la misma y de los entornos que están influenciados por la misma, por lo que los planes que podamos tener se pueden convertir en una lista completa de deseos, que logran llevarse a cabo; o, en una completa pesadilla, si no tenemos en cuenta este punto. 3. Una marca no es sólo el logotipo de la misma, o una campaña o un mensaje, dentro de un anuncio publicitario, o algo que va a depender de un único departamento, dentro de una empresa… es algo que tiene que ver con la cultura, que va a condicionar el ámbito de actuación, que va a tener la empresa y esta idea se va a notar en la cuenta de resultados. 4. Una marca no es percibida, únicamente, por el consumidor, por lo que dice. En el entorno digital, por ejemplo, se ha convertido en algo que no tiene control, de gran inteligencia y que demuestra transparencia, y que es juzgado, de manera positiva, por lo que dice, por lo que piensa y por lo que, finalmente, acaba haciendo.
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