Toda empresa que desee promocionarse por internet debe hacerlo a partir de una oferta de contenido, ya sea este escrito, fotográfico o audiovisual. En todos los casos hay y debe haber, un mensaje implícito. Sin embargo, muchas veces nos lanzamos a realizar campañas y a publicar información sin detenernos a evaluar el nivel de calidad del mensaje que enviamos.
Una empresa debe tener claro su mapa de contenidos para internet, mientras más objetivo es su uso interno más fácil es para el equipo de marketing el trabajo de llevarlo a la práctica y convertirlo en mensaje claro y directo. Pero bueno, del tema podríamos estar hablando horas y horas. Hoy sólo quiero concentrarme en lo que pudiéramos llamar contenido literario para internet, y con el quiero hacer referencia a toda aquella información que intentaremos transmitir a través de un blog de marca o de empresa de un modo escrito.
Como es por todos conocidos, un blog se compone de texto, imágenes fotográficas y vídeos, con lo cual la información que pretendamos dar puede canalizarse a través de palabras e imágenes. A la hora de definir qué ofrecer como información debemos tener claro el tipo de público al que vamos a comunicar nuestro mensaje. En tal sentido, debemos saber qué se quiere decir y así buscar el juego de palabras que mejor transmitan dicho mensaje.
¿Qué sentimientos despiertan en nuestros lectores las palabras que les escribimos? Al responder a esta pregunta nos ubicamos encima de la cuerda floja: escribimos para los lectores humanos, los clientes, o para los lectores artificiales, las arañas de los buscadores de internet. Este es el mal de muchas personas: se escribe a veces pensando en los resultados SEO y no en despertar en el cliente un conjunto de sentimientos que hagan más efectiva la compra de un producto.
Muchas veces se piensa en términos técnicos, se absolutiza el valor de las palabras claves en detrimento de la poética del lenguaje. En más de una oportunidad he encontrado el mensaje técnico en el que se nos invita a escribir títulos y entradillas en función de los buscadores, y en más de una oportunidad he tenido que cambiarlos porque quien me contrata los prefiere “menos literario y más acorde al lenguaje de internet”.
Es un equilibrio y todo es relativo. Tengo un blog sin más pretensiones que publicar y jugar con la literatura y, en los tres años que lleva de vida, me resulta sorprendente ver como cada día gana más adeptos. No me interesa para nada su ubicación en los buscadores; sin embargo, su tráfico aumenta cada día más. Pero lo más curioso de todo es que a veces los artículos que más me curro pasan de largo sin mucho ruido y otros, que los escribo como para salir del paso, vuelan como los virus por la red. Todo es muy relativo.
No obstante, soy consciente de que vender no es literatura. Pero de lo que quiero llamar la atención es en no llegar a ninguno de los dos extremos: ni demasiado literario ni demasiado técnico. Lo que debe primar es la calidad, de eso que no quepa la menor duda, y calidad es tener las ideas claras, ser precisos, cuidar la ortografía, emplear muchas veces el tono conversacional y hacer que quien te lee esté muy próximo a ti. Un discurso frio crea distancia, y la distancia rompe la complicidad.
Eso sí, no basta con escribir buenos artículos o por lo menos lograr un enganche en el cliente-lector. Un blog que pretenda comercializar un producto debe ofrecer a todo los interesados una puerta de entrada al mundo de la empresa, algo así como un canal a través del cual esta persona pueda: primero contactar contigo, hacerte llegar tu punto de vista, su conformidad o inconformidad; pero también debes ofrecerle la posibilidad de llegar a tu web de una manera sencilla: hazle llegar tus actualizaciones mediante una subscripción de correo electrónico o RSS. Conviértelo en tu seguidor de Facebook o Twitter.
Otro detalle, siempre que puedas deja un final abierto. ¿Has leído «Las mil y una noches»? Ahí está la clave de todo buen comunicador: una historia queda con un final abierto y luego entra otra, y otra… Un blog es un gran libro, los post se concatenan, siguen un sentido. Tu contenido puede tener continuidad a través de un documento PDF, un DVD, un manual de usuarios, tu contenido tiene que ser capaz de tener una continuidad final EN LA COMPRA DEL PRODUCTO. Ese es el fin de todo blog de marketing, vender de un modo muy sutil. Se inteligente. No hagas de tu blog un simple manual técnico. Enamora y verás los resultados.
Por último, quisiera invitarte a que te tomes tu tiempo, entre post y post, para innovar. Uno nunca sabe por dónde van los tiros. Lo digo por experiencia, las cosas más inesperadas, que ocurren a veces por accidente, son las que mejor se consumen. Se creativo con la literatura aunque te obliguen a respetar las leyes SEO. El cliente lo agradecerá.