En el mundo comercial las marcas son el elemento identificativo mediante el cual el cliente suele reconocer el producto en sí. Es por ello que cada marca cuida con celos las variantes que suela utilizar la competencia a la hora de nombrar sus productos de manera tal que no se puedan utilizar derivados de una marca que, intencionalmente, busquen confundir al comprador, adquiriendo además el plus agregado que lleva la marca original en la mente de los consumidores.
Tomando en consideración este principio, la compañía de Steve Jobs ha decidido emprender una acción legal contra la compañía Amazon, comercializadora de productos online, ya que según ha anunciado Apple ante los medios norteamericanos, Amazon ha sacado al mercado, desde el mes de enero de este año, una aplicación descargable para móvil que lleva como nombre Angry Birds, y que es el mismo que una aplicación que se comercializa en la tienda virtual App Store, por lo que se puede llegar a confusiones por parte de los clientes a la hora de definirse por uno u otro producto.
Esta historia del conflicto entre Apple y Amazon es un claro ejemplo de cómo debemos tener mucho cuidado a la hora de nombrar nuestros productos a la hora de sacarlos al mercado. Un error en este nombre de marca puede llevar a la empresa a enfrentarse a conflictos legales, además de ofrecer una mala imagen ante los consumidores.
En la búsqueda de un nombre de producto, de un dominio, de una identidad en la red, sobre todo a la hora de afrontar las campañas de marketing, es fundamental el respeto hacia el trabajo de otros, por lo que antes de definirnos sobre cuál será la denominación final del producto o servicio, hay que hacer una investigación minuciosa de sus derivados y similares en el mercado, no vaya a ser que un día terminemos enfrentándonos a alguien de la competencia como es el caso de Apple y Amazon.
Además, esto es una cuestión de respeto hacia uno mismo. Ojo con ello, eh.