Una de las formas más ricas de hacer marketing online es la de utilizar YouTube como plataforma de lanzamiento para cualquier producto o servicio que sea de nuestro interés. A diferencia de la televisión tradicional, YouTube nos ofrece la posibilidad de realizar una campaña de marketing online a un coste promocional muy bajo y sin muchas complicaciones administrativas: sólo basta la producción de un buen vídeo promocional, eso sí hecho de una manera muy original, y luego subirlo a la red para que de éste dispongan de todos los usuarios y así se desborde hacia otras páginas.
Esto es lo que se conoce como marketing viral, una forma de dar a conocer un producto mediante el uso de enlaces sucesivos que parten de una versión original y que es altamente demandado, consumido y promocionado por los mismos internautas. Una vez que se logra colar un buen producto en la red, éste cobra vida propia y se distribuye de un sitio a otro a partir de un fuerte componente emocional. Puede darse el caso incluso de que se lleguen a crear verdaderas comunidades entorno al producto en sí.
Desde mi punto de vista de usuario de internet y alto consumidor de virus que me llegan por todas partes desde la red, tomaré como ejemplo ilustrativo para esta idea la excelente campaña viral, generadora de muchos fans, de la bebida Mahou Mixta. ¿Quién no ha soltado las carcajadas con el absurdo diálogo de Mixto y Mixta?
¿Cuál es su secreto? El absurdo, lo inesperado, lo friki de su ilógica relación lógica. «Sabe a Mixta» rompe con todos los moldes del vídeo promocional tradicional, primero: está hecho con una factura tan artesanal que se inserta muy bien dentro del lenguaje informal de internet, quizá por eso encaja tan bien en el perfil de YuoTube; segundo: su relación con el absurdo nos hace que no nos quedemos en punto medio, o te gusta o lo odias, pero al final cumple (en ambos casos) con su objetivo principal, el que no lo puedas olvidar.
De un modo indirecto la marca se pega en tu cabeza, está ahí, te taladra la mollera: sabe a mixta, mixto y mixta, amor a primera mixta, casting de gatos mixta, el delfín de mixta, mixta pingüinos, mixta, mixta, mixta… Ahí está la genialidad, la marca prevalece por encima de tu voluntad. ¿Me dices que no te gusta? Toma Mixta. Se lo han currado, la verdad: con pocos recursos han levantado un imperio.
Los realizadores de esta campaña han sabido utilizar el absurdo como su recurso de excelencia. La variedad de contextos en los que engloban la marca les permite explotar emocionalmente su producto sin necesidad de cansar al espectador, y lo mejor de todo, en cada entrega se iban superando en su ejercicio de creatividad. La campaña funcionó, no dispongo de los datos sobre el incremento del consumo de la bebida, pero sí puedo apreciar el grado de popularidad que tuvieron sus vídeos en YouTube: “Casting de Gatos Mixta” alcanzó la cifra de 1.010.636 reproducciones; “Mixto y Mixta, una historia de amor” obtuvo un total de 907.363 reproducciones; “Castor. Pa la tele” tuvo una audiencia menor 62.635 reproducciones, pero ya quisieran muchos. La lista sigue, para que cansar.
Pero la historia no acaba ahí, resulta interesante ver cómo los internautas interactuaron con estos vídeos publicitarios realizando sus propias versiones, caseras, a los originales de mixta. ¿Buenos, malos, regulares? Eso es lo de menos, ya todo estaba hecho: la marca Mixta había creado tendencia y lo peor, había creado adicción. Ya no bastaba con consumir e identificarse con la marca en sí, había que crear y jugar a crear con el mensaje Mixto y Mixta más el absurdo de la marca.
Ya todo el trabajo estaba hecho, a partir de ahí, el virus era imparable. Total: si todo es Mixto en esta Mixta vida… que al final descubrimos que sabe a Mixta.