Vamos a suponer que estás decidido a vender una determinada mercancía en la red, y cuando digo una mercancía en el mundo de Internet lo mismo da un objeto físico que una idea que se pueda descargar en formato PDF o cualquier soporte de vídeo, una imagen JEPG, un archivo de audio o una plantilla en HTML. Lo que te quiero decir es que en Internet se puede vender de todo y en este caso, tú has descubierto qué vender.
Perfecto, ya tienes tu producto e incluso ya has llegado a instalar tu tienda online. Un poco apresurado pero ya lo has hecho. Muy bien. Felicidades, has dado el primer paso. Pero… detente un momento, más despacio, ahora es que comienza realmente esta historia: te pregunto, ¿has logrado vender algo? ¿Tienes tus clientes fijos? ¿Tiene éxito tu negocio o simplemente has invertido un dinero que sólo te crea pérdidas? La verdad es que si no existes en la red, estas frito. Mejor cierra la web y ve a dormir.
Pero venga, no te desanimes. Vamos a ver qué podemos hacer para salvar tus inversiones. Paso a paso, no te desesperes. Veamos qué nos dice el marketing online.
Muy bien, ¿qué tienes para ofrecer? ¿Cuál es el producto que pretendes vender? Lo primero que debes hacer es pensar y responder a esta pregunta: ¿a quién crees que le puede interesar esto que estas vendiendo? Depende de lo que me digas, pero he aquí tu primera respuesta: a tu cliente potencial, uf, muy fácil; sin embargo, te vuelvo a preguntar ¿y quién es esa persona? En estos momentos es vital que lo sepas, de ello depende todo el éxito de las inversiones futuras, tanto en dinero como en tiempo. Una definición clara te ahorra dinero y tiempo, y más que nada tiempo, que es oro en Internet.
Tu cliente es tu razón de ser, hacia él es donde debes enfocar tu plan de negocios, el nombre de tu página web, el tipo de productos que le vas a ofrecer y los más importante, el precio que le vas a cobrar por adquirir tu mercancía, más allá del tiempo que él invierta en ti. Evidentemente un estudio de mercado no vendría nada mal, es casi de manual. Mientras más sepas de tus clientes y de cómo la competencia actúa con ellos mejor. Un detalle más, si en Internet el tiempo es oro, la información vale el doble.
Y la información vale el doble tanto para ti como para el cliente. Por tanto, este es el momento en el que debes sentarte a planificar cómo darte a conocer en la red, cómo puedes hacerte visible entre las tantas páginas de ventas de productos similares al tuyo. Para ello, hay que tomar varias decisiones que se van a centrar, fundamentalmente, en la idea de generar tráfico hacia tu web, hacia tu portal de ventas online.
Existen muchas variables a la hora de escoger una u otra vía de promoción y marketing. Por una parte puedes convertirte en un activista de tus productos mediante la redacción y publicación de artículos en Internet, lo más recomendable es un blog, fácil de utilizar, fácil de publicar, fácil de actualizar. Pero no te preocupes, si no sabes o no tienes tiempo para escribir, puedes contratar a alguien que lo haga por ti. La red está llena de personas capaces de hacer este trabajo. Escribe “blogger busca” en Google y verás 9.800.000 resultados.
Existe además la variante de utilizar las redes sociales en las que Facebook y Twitter resultan protagónicas, aunque en el mundo hispanoparlante hay muchas más opciones: hi5, Tuenti, Linked, Xing, Psicofxp o Taringa. Cada una tiene sus características y peculiaridades pero a fin de cuentas sirven para establecer lazos de comunicación directos entre los internautas conectados. Eso sí, hay que ser muy sutil en estos sitios. El marketing agresivo no funciona, todo lo contrario, se puede convertir en tu peor enemigo.
La última de las opciones que te pudiera resultar atractiva para este marketing online es la variante de pago. En este punto sí deberías considerar un gasto iniciar como inversión. Para ello existen tres forman fundamentales para dar a conocer tu producto. Primero tienes el pago por clic, en la cual tú inviertes una determinada cantidad de dinero y contratas un servicio para promocionarte, digamos por ejemplo Google AdWords, en la medida en que compras unas palabras claves y la gente va haciendo clic en tus anuncios, Google te va descontando de tu presupuesto inicial. Este servicio lo puedes contratar también con Yahoo o incluso con Facebook. Aquí resulta fácil centrar tu promoción por grupo de edad, sexo, área geográfica, etc.
También puedes formar parte de un programa de afiliados y pagar por publicidad pero en este caso ofreciendo una comisión al anunciante por cada producto que se compren o por rellenar un formulario con sus datos. En estos tipos de programas de afiliados tienes la ventaja de que el nombre de tu marca y su imagen corporativa puede estar dispersa por diferentes páginas y no tienes necesariamente que pagar por clic, sino por comisión de compra.
El único inconveniente es que, a diferencia del programa anterior, el público se te dispersa y la campaña se hace más generalista, aunque tu presencia en los diferentes blogs y webs adjuntas a estos programas te hace más activo ya que muchos te promocionan a la espera de una ganancia por comisión. Es un riesgo, pero bueno, ganas en presencia y te das a conocer. Si deseas puedes acercarte a los portales de afiliados más populares como Affilinet, Zanox o TradeDoubler.
En resumen, para un buen negocio en Internet no bastan las buenas intenciones; sino una buena estrategia de visibilidad en la red que en algunos casos es gratis y en otros de pago. En otros pots iremos descubriendo nuevos detalles de cada una de estas acciones que nos permiten salir a flote ante tanta oferta. Sin embargo, quisiera despedirme hoy dejando una pregunta en el aire, ¿qué es mejor para atraer clientes a la web: un buen trabajo de posicionamiento en los buscadores o una intensa campaña de marketing de pago?
Ya veremos, ya veremos…